EL CURIOSO VIAJE DE TOBY
La mañana del 22 de Febrero, dos hermanos sacaban a pasear a su pequeño perro Toby como cada día. Según narraron los niños, el perro estaba algo alterado desde que salieron de casa. Como todos los domingos, Toby jugaba en el campo próximo a su casa, con otros perros. De repente, Toby empezó a ladrar continuamente, y al instante, comenzó a correr detrás de un conejo. Los pequeños llamaron al perro insistidamente, pero el animal se alejó hasta perderle de vista.
Junto con los demás perros, los dos hermanos fueron en su busca durante las siguientes horas, pero no hubo suerte. Según cuenta su madre, llegaron a casa muy disgustados y sin explicarse lo que había pasado, porque Toby siempre volvía al cabo de un rato, había aprendido a volver a casa solo.
Los padres denunciaron el desagradable hecho a la policía, y colocaron anuncios por todo el barrio y las redes sociales para intentar hallar el paradero del animal. Hubo centenares de mensajes de ánimo, pero nadie había visto a Toby.
Tras una larga espera de dos días sin Toby, un joven se puso en contacto con la familia, para comunicarles que había visto a un perro, el cual, coincidía con las características de Toby, cerca de su casa a unos veinte kilómetros del barrio de la familia. Todos acudieron entusiasmados en busca del perro en el automóvil. Tras cinco horas buscando, Toby apareció acurrucado debajo de una gran haya. Tenía una fractura en una de las patas delanteras, y un corte profundo en el abdomen. Cuando el perro vio a los chicos, éste se puso en pie a duras penas, y a ladrar efusivamente aliviado. Los dos niños lo aprehendieron fuertemente, no querían volver a separarse de él.
Los cinco, llevaron a Toby al veterinario, y mientras que le curaban entablaron una conversación especulando el por qué de lo ocurrido.
Los niños, muy agradecidos al joven, van todas las semanas a visitarle y a pasear con Toby y su perro.